El 13 de julio, la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA) da noticia de una nueva e inquietante decisión de Francisco que nos confirma en los ejes dislocados sobre los cuales va girando su pontificado.
Uno de esos ejes es la reincidencia en la intervención –casi diríamos la intromisión- en el escenario de su patria natal, como si siempre estuviese aquí como provincial de los jesuitas, Arzobispo Metropolitano de Buenos Aires o Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.
A sus coqueteos en Santa Marta o en la piazza con diversos políticos y activistas de izquierda locales (y no precisamente impolutos…) se suma ahora una nueva iniciativa destinada al púbico argentino: un suplemento espacialmente orientado a nosotros en la edición semanal de L´Osservatore Romano en español, que incluirá entre 4 y 8 páginas de contenido especial para el país.
“La intención del Pontífice es que sus palabras ‘lleguen completas y de forma íntegra’ a la Argentina, además de ratificar a L’Osservatore como el único medio escrito oficial de la Santa Sede”. (AICA)
Después de tantas confidencias e imprudencias dichas a sus amigos y allegados personales, sea de forma personal, epistolar o telefónica –lo que ocasionó intervenciones del P. Lombardi para aclarar, interpretar o desmentir- Francisco declaró a inicios de este mes al diario argentino La Nación: “Hay mucha confusión sobre mis voceros en la Argentina. Hace unos dos meses, la oficina de prensa del Vaticano informó oficialmente que esa dependencia es el único vocero del Papa. No hay más voceros, en la Argentina o en cualquier otro país, que los voceros oficiales del Papa. ¿Es necesario repetirlo? Lo repito entonces: la oficina de prensa del Vaticano es el único vocero del Papa”. (AICA)
No es inocente un error deslizado en el despacho de la agencia AICA proveniente de fuentes vaticanas: L´Osservatore sería el único medio escrito oficial de la Santa Sede.
Esto no es verdad… o es otra novedad, de esas que nos sorprenden cada día. El medio oficial y escrito de la Santa Sede son las “Actas Oficiales de la Santa Sede” conocidas por su nombre latino Acta Apostolicae Sedis – AAS. L´Osservatore Romano es tan solo un medio oficioso… al menos era así hasta el 13 de julio de 2016, en que las tales fuentes vaticanas afirman lo contrario.
Pero, para mayor confusión, el reciente 3 de julio Francisco nos decía que “la oficina de prensa del Vaticano informó oficialmente que esa dependencia es el único vocero del Papa”. Aquí ya aparece un tercer vocero… ¡Qué caos!
Es de lamentar que recién ahora, después de más de tres años de dimes y diretes, Francisco quiere que sus palabras lleguen completas y de forma íntegra a la Argentina. “Nunca es tarde”, dice el refrán; en realidad sí es demasiado tarde, ¡es tardísimo! Pero el asunto del retraso no es, ni de lejos, lo peor.
Lo más grave es que Francisco, que quiere que su voz llegue oficial, completa e íntegra a la Argentina ha dispuesto que “el proyecto editorial será coordinado por el biblista y teólogo protestante Marcelo Figueroa, en una “ratificación del carácter ecuménico” que el papa Francisco imprime a su pontificado como un eje central, agregaron las “fuentes” que informaron al corresponsal de Télam en Roma”.
¡Era lo que faltaba: un conocido protestante (que desde siempre fuera íntimo amigo de Bergoglio), responsable de la línea editorial del periódico ahora declarado oficial de la Santa Sede que se destina al lector argentino!
Esto es propiamente aberrante: La voz del Vicario de Cristo se hará oír en nuestro país por intermedio de un seguidor de Lutero, que protestó contra la autoridad de Roma y dinamitó la unidad católica.
Sería más inofensivo hablar de un periodista protestante, de un diplomático protestante o de un protestante de cualquier profesión. ¡Pero un “teólogo” y un “biblista”! ¡Fue precisamente en el marco de esas disciplinas en las que el inspirador de Marcelo Figueroa rompió con la Revelación, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia!
Marcelo Figueroa es un evangélico practicante que conoció a Jorge Bergoglio y al rabino
Abraham Skorka hace diez años cuando los tres participaban de actividades interreligiosas.
Desde el 2010 hasta la fecha grabaron 29 programas para el Canal 21
Vocero o no vocero, Marcelo Figueroa declaraba el pasado 10 de junio a La Nación, después de un encuentro (uno más…) con Francisco en Roma: “Figueroa opinó que “escuchándolo a él [por el Papa], leyendo sus documentos, se puede percibir la influencia” que está teniendo su mensaje evangélico. “Hay que poner en un contexto adecuado, prolijo y sereno algunas cosas que pueden suceder en la Argentina, que en general no son cosas que nacen oficialmente. No hay voz oficial sobre muchas cosas que se dicen sobre su pensamiento”, señaló, y destacó que “el Papa habla por sí mismo“. (La Nación)
Vemos que este triste personaje, antes de ser investido como vocero, ya ejercía como tal. Por lo tanto, los “voceros” de Francisco de los cuales él dice que quiere defenderse, no se equivocan tanto y van destilado sus intenciones y su pensamiento. Esto vale no solo para este protestante. Vale también para el rabino Skorka, el musulman Omar Abboud, para Gustavo Vera, Eduardo Murúa, Guillermo Robledo, la gente de Scholas Occurrentes, los curas villeros, etc. No consta –hasta ahora- que nadie de la familia K o de las falsas monjas de General Rodríguez, hayan pretendido “portavocear” a Francisco…
Bromas aparte, ¿Qué seriedad o, mejor, qué crédito puede darse a un excesivo hablador cuyas declaraciones son constantemente voceadas por amigos fieles o interesados, desmentidas por él propio, por sus voceros oficiales u oficiosos y que acaban suscitando a la vez críticas y aplausos?
La citada noticia de AICA revela que en junio se pusieron de acuerdo en el Vaticano el jesuita Lombardi y el teólogo Figueroa en la “la necesidad de “ir a la fuente, a las palabras mismas del Papa y no generar polémicas” sobre lo que dice el Sumo Pontífice”.
¡Menudo garante tendremos los argentinos de la veracidad de los dichos del pontífice! ¿Francisco cree verdaderamente que gracias a los buenos oficios de su amigo protestante ya no generará más polémicas? ¿Y quién le ha dicho a Francisco que los argentinos somos tan dementes que necesitamos un intérprete especial, diferente al resto del mundo? ¿O es que será que, por la experiencia amarga de haberle conocido en Buenos Aires, los argentinos somos más privilegiados y conocemos bien sus artimañas políticas? ¿Hay que ser muy perspicaz para darse cuenta que todo no pasa de una maniobra más para echar raices en los asuntos internos de nuestro país? Todo esto tiene tintes populistas al más genuino estilo peronista. No extrañemos si dentro de poco Francisco nos sorprende a todos con la emisión televisiva obligatoria de un “Alo Papa Pacho” antes de las misas dominicales.
Por favor, que alguien le diga a Francisco que se dedique a cuidar de la Iglesia y de los asuntos internos del Vaticano… y deje a los argentinos en paz. (C. A.: ¿Cuidar de la Iglesia, o tratar de destruirla?)
De: Denzinger-Bergoglio
De: Denzinger-Bergoglio