Los archivos del Vaticano muestran
una Inquisición justa y buena
Hace veinte años, el entonces cardenal Joseph Ratzinger, director de la Congregación para la Doctrina de la Fe, decidió abrir a los eruditos los archivos secretos del Vaticano sobre la Inquisición, incluidos los registros del Índice de Libros Prohibidos . Fue el último archivo secreto del Vaticano que nunca se había dado a conocer, supuestamente porque estaba lleno de muchos “cocos” que la Iglesia estaba escondiendo.
La decisión de abrir los 4.500 volúmenes de documentos que datan de 1542-1903 también se tomó como una forma de reparar la supuesta imagen de secretismo del Vaticano. “Conocemos todos los pecados de la Iglesia”, dijo secamente el Cardenal Ratzinger en ese momento. “Y espero que no se les agreguen más”. ¡Qué valor y apertura por parte de la Iglesia! Así es como los medios de comunicación deliraban en aquel entonces en 1998 sobre la decisión de hacer público este siniestro cofre de malas acciones. Porque los resultados indudablemente revelarían los abusos de poder, los juicios arbitrarios y las crueles e injustas sentencias hechas por fanáticos inquisidores. La investigación divulgaría un pasado vergonzoso que exigía reparación, que justificaba las disculpas formales por la Inquisición emitidas por Juan Pablo II , junto con las muchas extraoficiales hechas por los Papas después de él.
La clara insinuación era que, a los conocidos “pecados de la Inquisición”, se agregarían otros, que sin duda avergonzarían a la Iglesia pero también mostrarían la voluntad de la Iglesia de emprender el “examen de conciencia” general que Juan Pablo II había exigido. Otro paso dado en la “purificación de la Iglesia” que la pondría al día en el mundo moderno. Cuando se dieron a conocer las noticias de que se abrirían los archivos, la mayoría de los eclesiásticos y eruditos tenían pocas dudas de que la investigación constituiría un severo golpe para el Vaticano.
Las imágenes melodramáticas de las cámaras de tortura fueron propaladas por todas partes por los protestantes
Desde el siglo 16, la inquisición in genere , sin que fuera defendida por parte de la Iglesia del Vaticano II, se ha presentado sin descanso por los protestantes, los Iluminati y sus cohortes como un órgano de la Iglesia dotado de enormes poderes, que torturaba a sus víctimas para obtener confesiones forzadas y para luego enviar a la hoguera a los que ella llamaba herejes. Según esta leyenda negra, el principal objeto de esta monstruosa institución eran los protestantes, los judíos y científicos como Galileo. La invención de la imprenta llegó en el momento oportuno para facilitar la difusión de esta injusta reputación en todas partes.
Los archivos recientemente abiertos de la Inquisición se refieren principalmente al Santo Oficio de la Inquisición Romana fundado en 1542 por el Papa Pablo III como un órgano central de la Santa Sede para combatir la Revolución Protestante. Como era pontificia, tenía jurisdicción universal, aunque permitía a la Inquisición española ejercer sus propios poderes. Para la Iglesia Conciliar, el mismo nombre de la Inquisición era tan reprensible que el nombre de Santo Oficio fue reemplazado por el de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Ahora, finalmente, después de 20 años de meticuloso estudio, los resultados de 40 académicos que profundizaron en los archivos de la Inquisición real, no imaginaria, fueron publicados en un tomo de 800 páginas. La noticia sorprendente publicada en un artículo discreto en L’Osservatore Romano (19 de mayo de 2018, p.5) fue que la Inquisición era en realidad un tribunal bueno y justo, no la cámara oscura de terror inventada por la Leyenda Negra.
Después de 20 años, un veredicto elogioso
Veinte años de estudios sobre los archivos centrales del Santo Oficio han demostrado que, de hecho, la Iglesia no tiene nada por lo que disculparse.
Panel de apertura de la conferencia de la Inquisición en el Vaticano
En los informes finales del Congreso de estudios de tres días (15-17 de mayo), los académicos participantes declararon que la evidencia de la historia de la Inquisición no correspondía a la imagen negativa presentada por las novelas románticas del siglo XIX, la cinematografía del siglo XX y los medios generales de nuestros días. La leyenda que se ha convertido en la “historia objetiva” obligatoria presentada por casi todos los libros de historia de la escuela fue desacreditada.
Siguiendo su orientación progresista, el artículo del órgano del Vaticano que informa sobre el Congreso trató de eludir estos estupendos resultados. En su lugar, hizo hincapié en el método histórico que los académicos emplearon para analizar los datos. Pero está claro que este grupo no pudo denunciar casos de injusticias, abusos, acciones arbitrarias y torturas. Si pudieran haber encontrado tales incidentes de prejuicio y crueldad, no tengo dudas de que el informe de sus conclusiones habría estado en la portada del periódico del Vaticano para confirmar el constante remordimiento que los Papas progresistas han mostrado por la Inquisición.
Sin embargo, lo que los investigadores encontraron fue que la Inquisición Romana fue considerada con justicia como la corte más justa y equilibrada de su tiempo, prefigurando en muchos sentidos el sistema judicial moderno. Nació no de una intolerancia cruel e injusta, sino de la necesidad de brindar juicios justos a las personas acusadas de herejía utilizando la demostración de las pruebas y presididos por jueces altamente calificados. Por ejemplo, cualquier acusado podría tener un abogado, derecho aún no introducido en los tribunales seculares en ese momento histórico.
Esta visión favorable ya había sido presentada por muchos eruditos modernos como John Tedeschi, cuya investigación lo llevó a la conclusión de que la Inquisición Romana era “en realidad un tribunal muy avanzado y aplicaba la ley con un gran nivel en términos del siglo XVI”.
JPII acusó a la Inquisición de crueldad.
¿Habrá una disculpa por su injusticia proferida?
Las imágenes de caza de brujas son caricaturas y mentiras. Ahora bien, quien vaya a los archivos, en lugar de confiar en las fabricaciones de la leyenda negra, encontrará una verdad inesperada: la verdadera Inquisición era una institución judicial digna de elogio. Por cierto, los historiadores serios no tuvieron que esperar a que se abrieran los archivos: incluso la BBC (como se puede leer aquí ) ha tenido la honestidad de presentar una nueva noción de la Inquisición basada en pruebas ya disponibles. Los eruditos que ingresaron en los archivos del Vaticano llegaron a la misma conclusión. Como confirma este nuevo informe, la mayoría de las personas acusadas de herejía por la Inquisición fueron absueltas o suspendidas sus sentencias. Aquéllos hallados culpables de grave error fueron autorizados a confesar sus pecados, hacer penitencia y ser readmitidos a los sacramentos. Los herejes no arrepentidos o obstinados fueron excomulgados y entregados a las autoridades seculares. Fueron las autoridades seculares quienes mantuvieron la herejía como una ofensa capital y emitieron la sentencia final, no la Iglesia Católica.
Uno esperaría que estos inesperados buenos resultados de 20 años de meticulosa investigación sobre la Inquisición fueran un tema candente en la prensa católica. La verdad es que la noticia del Simposio de los días que se celebró en Roma se resumió en un breve artículo en la página 5 en L’Osservatore Romano; nada mas. No hay títulos exultantes en los órganos católicos “¡Inquisición vindicada!”
Además hay que decir que es muy dudoso que el "Papa" Bergoglio anule las pasadas disculpas eclesiales por los pecados que la Iglesia no cometió. Si él fuera un hombre justo, lo haría. Pero apuesto a que ignorará los hallazgos y no dirá nada. Esperemos y veamos.
Espero, sin embargo, que estas nuevas conclusiones alienten a los académicos honestos a profundizar su investigación sobre el tema para que el mito de una Inquisición cruel e injusta se ponga fin de una vez por todas. Deje que la verdadera Inquisición surja en la luz para mostrar el tribunal equilibrado e iluminado que fue, incluso un modelo para una futura era más gloriosa en la Iglesia y la Historia.